Los padres que se trasladan al sur de España con una familia no necesitan preocuparse por comprometer la calidad de la educación de sus hijos. Con una población extranjera que supera el 20 por ciento, no es sorprendente que la Costa del Sol cuente con más de dos docenas de colegios internacionales (privados), siendo Marbella la tercera ciudad española con mayor número de colegios después de Madrid y Barcelona.
Mientras que algunos expatriados toman la opción del sistema educativo estatal español, muchos se sienten tranquilos por los beneficios positivos de una Escuela Internacional en la Costa del Sol. La mayoría son escuelas británicas, por ejemplo la primera escuela británica establecida en Marbella, Swans International, que data de 1971. Al igual que otros colegios de calidad, es miembro de la Asociación Nacional de Colegios Británicos de España, lo que significa que está sujeto a inspecciones periódicas.
Los colegios generalmente siguen el plan de estudios del Reino Unido, pero muchos, como el Colegio Aloha de Marbella, también imparten el Bachillerato Internacional, así como el título local, el Bachillerato. La mayoría también ofrecen un programa de estudios bilingüe. Por lo tanto, los estudiantes adquieren conocimientos de idiomas y cualificaciones que pueden abrirles las puertas para futuros estudios y trabajos en todo el mundo. El nivel académico es alto, por ejemplo, los estudiantes del Colegio Internacional Inglés de Marbella se gradúan en prestigiosas universidades de todo el mundo, como Yale, Madrid y Oxbridge.
No es sólo el aspecto académico internacional lo que proporciona una ventaja para los alumnos. Los colegios son verdaderamente multiculturales, y la mayoría tienen en promedio una mezcla de alrededor de 40 nacionalidades diferentes, como el Colegio Laude en San Pedro de Alcántara por ejemplo. Esto promueve la tolerancia y comprensión de las diferentes culturas y religiones, así como contactos a nivel mundial para el futuro.
Los grupos de clase son generalmente pequeños, y los métodos de enseñanza modernos, relajados y adaptados a los individuos. Otra ventaja es la gama de actividades adicionales. El Colegio Británico de Marbella, en el centro de la ciudad, se enorgullece del sus programas de desarrollo personal de los alumnos a través de una serie de actividades artísticas, y celebra cada año un popular concurso de talentos. En la Academia Internacional Mayfair en Estepona, los alumnos pueden disfrutar de la esgrima y el salto de obstáculos junto con clases extraescolares más convencionales. El Colegio Internacional de Sotogrande ofrece actividades como el buceo y el polo y es único en la gestión de su propia ONG, el Proyecto Kindred.
A pesar del enfoque internacional, los estudiantes no están alejados del país en el que residen. La asistencia de los españoles aumenta a medida que los padres locales observan la calidad de la educación y las perspectivas que ofrecen las escuelas; y los colegios se aseguran de mantener los vínculos con la cultura española, a través de, por ejemplo, el flamenco y otras clases y la celebración de fiestas tradicionales españolas.
Para los padres que consideran qué escuelas internacionales son las mejores para sus hijos, los factores clave a considerar son:
- Expediente académico – la escuela no sólo ayudará a su hijo a desarrollar su potencial sino también a acceder a una educación superior adecuada, por ejemplo, a una universidad en España o en el extranjero
- Instalaciones – ¿el entorno de aprendizaje es cómodo, y la escuela cumple con sus requisitos en cuanto a deporte, tecnología u otras instalaciones para su hijo?
- Ubicación – pruebe la ruta desde su casa o averigüe qué transporte se ofrece.
En general, el mejor consejo para decidir sobre una escuela es claramente visitar los diferentes establecimientos, en particular porque hay que tener en cuenta las tasas de matrícula y los costos adicionales como el uniforme, los libros y los materiales.
Además de celebrar jornadas formales de puertas abiertas, las escuelas se complacen en invitar a las familias a visitarlas, para sentir de primera mano el ambiente y discutir qué es lo que más le conviene a un niño y sus necesidades individuales, para trabajar juntos y proporcionar una plataforma feliz y satisfactoria para su futuro.
